La necesidad de Dios


Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó. Génesis 1:27


La necesidad de tener comunión con Dios es algo muy antiguo en el hombre, desde que fue creado hasta el día de hoy, esa necesidad permanece como una sed interna que solo podrá ser saciada con una intervención de Dios en el alma.

Dios creó a todo animal y vegetal con su palabra, "y dijo Dios, y fue hecho" pero cuando creó al hombre, se tomo un espacio de tiempo para hacerlo, dijo; "hagamos" esa frase tiene un significado profundo, reflexible, no es el común de las cosas, es hacer un alto y tomar una decisión que tiene un valor eterno.

Luego formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, Génesis 2:7.
No es algo que halla hecho con el resto de los animales, el aliento que Dios sopló en el hombre es el espíritu que hace del ser humano, un ser especial, es como un cofre o una caja que puede contener algo sobrenatural.

A diferencia de los animales, el ser humano, tiene una capacidad interior, que lo comunica con el mundo espiritual, esa capacidad interior lo lleva a necesitar a Dios, porque en el mundo que le rodea, se siente como en un desierto espiritual, siente que su vida interior se seca y todas las cosas terrenales no le satisface, solo pueden llegar a aturdirlo, por ejemplo: la fama, el dinero, o
si nada de eso hay; se siente abrumado y trabajado de tal manera que no puede prestar atención a lo que ocurre dentro de si mismo.

La necesidad de Dios llevó al hombre, por siglos, a crear sus propios dioses, de allí que las religiones sean tan antiguas, como una suerte de remedio para acallar aquella vos interior que siempre lo llevó a la búsqueda de Dios.
Probablemente que, a la ves que había una búsqueda también había una huida del verdadero Dios; pero en esa huida solo podía acallar un poco su conciencia con la creación de un dios a su medida.

Sin embargo Dios siempre estubo cerca del ser humano, hasta llegar al punto de hacerse hombre, de tomar parte en esa humanidad, de carne, de huesos, que tiene que ver con lo físico, con lo terrenal, con lo humillante de pertenecer a una raza perdida, extraviada, y hacerse uno a tal punto de morir por el.

Dios hoy está tan cerca tuyo, más cerca de lo que tu te imaginas, en la persona de Jesucristo, tanto que es como vos mismo, como si tuviese tu rostro, tu acento, como si se llamara como tu, hablara como tu, y pensara. Solo debes creer en el, su invitación está al día y te dice:" ven a mi".
Ven amado, ven.





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