Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo lo que tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;( El manto de Jesús) y al instante se detuvo el flujo de su sangre. Lucas 8:43,44
Mucha gente lo rodeaba a Jesús en la cita que se hace mención arriba; solo una persona, esta mujer, que por su gran necesidad pudo hacer contacto con Dios, y recibir una respuesta instantánea.
Muchas personas van en busca de Dios a diario por todo el mundo, pero no todas tendrán en este día; por ejemplo, un contacto con Dios.
Ese contacto es algo que transciende mucho más allá de lo humano, es el instante que en un acto de fe podemos alcanzar lo divino. A todos nos puede pasar, en ese momento con Jesús había gente importante y estaban con El sus discípulos, que más tarde fueron los apóstoles; pero solo esta mujer salida de la multitud pudo traspasar la barrera de la incredulidad.
Dios no oye solamente a los que tienen una jerarquía eclesiástica, te oye a ti seas quien seas y estés donde estés, esta mujer acudió por una necesidad física, otros tendrán otro tipo de problemas, tal ves no pueden controlar el carácter, y por esa causa estén a punto de perder el cariño de su familia, quizá tengan un vicio o adicción.
Cualquiera sea tu situación busca el contacto con Jesús, persevera en ello, no es necesario que andes errante por allí contando a todos tus problemas que nadie puede entender, solo acercate a El y encontrarás tu contacto, ten tú mismo aquella experiencia que cambiará tu vida para siempre.
Mucha gente lo rodeaba a Jesús en la cita que se hace mención arriba; solo una persona, esta mujer, que por su gran necesidad pudo hacer contacto con Dios, y recibir una respuesta instantánea.
Muchas personas van en busca de Dios a diario por todo el mundo, pero no todas tendrán en este día; por ejemplo, un contacto con Dios.
Ese contacto es algo que transciende mucho más allá de lo humano, es el instante que en un acto de fe podemos alcanzar lo divino. A todos nos puede pasar, en ese momento con Jesús había gente importante y estaban con El sus discípulos, que más tarde fueron los apóstoles; pero solo esta mujer salida de la multitud pudo traspasar la barrera de la incredulidad.
Dios no oye solamente a los que tienen una jerarquía eclesiástica, te oye a ti seas quien seas y estés donde estés, esta mujer acudió por una necesidad física, otros tendrán otro tipo de problemas, tal ves no pueden controlar el carácter, y por esa causa estén a punto de perder el cariño de su familia, quizá tengan un vicio o adicción.
Cualquiera sea tu situación busca el contacto con Jesús, persevera en ello, no es necesario que andes errante por allí contando a todos tus problemas que nadie puede entender, solo acercate a El y encontrarás tu contacto, ten tú mismo aquella experiencia que cambiará tu vida para siempre.
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