Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida;el que a mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en mi cree no tendrá sed jamás. Juan 6:35
El hambre y la sed nos caracteriza como humanos, tenemos un alma que anhela, sedienta; que busca y percibe que existe algo más, no se conforma con ser tan solo materia, si no que en lo más profundo del ser padece y sufre la falta de su alimento espiritual.
Jesús es el pan que el alma necesita, es el agua para el sediento caminante que transita esta vida sin hallar nada más que un profundo vacío.
Ahora ¿Como saber en quien confiar en este mundo lleno de engaños y malicia? ¿Como correr y suspirar con ternura en los brazos del Maestro?
Jesús mismo te lo dice: El que a mi viene no tendrá hambre y el que en mi cree no tendrá sed jamás.
Si eres un alma sedienta, acude a El, si estás falto de amor, acude a El, si al fin te decides rendir, no sufras más; acude a Jesucristo y tendrás la paz que tu alma necesita.
El hambre y la sed nos caracteriza como humanos, tenemos un alma que anhela, sedienta; que busca y percibe que existe algo más, no se conforma con ser tan solo materia, si no que en lo más profundo del ser padece y sufre la falta de su alimento espiritual.
Jesús es el pan que el alma necesita, es el agua para el sediento caminante que transita esta vida sin hallar nada más que un profundo vacío.
Ahora ¿Como saber en quien confiar en este mundo lleno de engaños y malicia? ¿Como correr y suspirar con ternura en los brazos del Maestro?
Jesús mismo te lo dice: El que a mi viene no tendrá hambre y el que en mi cree no tendrá sed jamás.
Si eres un alma sedienta, acude a El, si estás falto de amor, acude a El, si al fin te decides rendir, no sufras más; acude a Jesucristo y tendrás la paz que tu alma necesita.
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