
Vengan a mi todos los que estén trabajados y cargados, y yo les daré descanso, lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:28 al 30
Cuantas gracias le damos a Dios por este versículo de la Biblia, cuanto descanso hallamos al leerlo, y cuan lejos estamos de alcanzarlo. Lo que el Señor expresa en su palabra es exactamente lo contrario de nosotros los humanos, seamos quien seamos.
Solo Jesús pudo decir, aprendan de mi que soy manso y humilde de corazón, en el antiguo testamento se hace mención de que Moisés era el hombre más manso sobre la tierra de ese entonces; así que podemos imaginar cómo serían los demás, porque Moisés tenía su carácter.
Pero Jesús es único, nadie más manso que El, nadie más humilde, en quien nosotros podemos entregar con absoluta confianza todo nuestro ser, podríamos hacer una larga lista de nuestro carácter, somos rebeldes, mal humorados, temperamentales, irascibles, resentidos, etc.
Pero Jesús no nos hecha afuera si no, por el contrario nos dice; vengan a mi, El tiene suficiente aguante para soportarnos, soportó la cruz, los insultos, las burlas, desprecios, los esputos, latigazos, soportó los clavos, los tuyos y los míos. Y todo lo hizo por amor.
¡Que lejos estamos nosotros que la mínima molestia nos hace perder la calma! practicamente cualquiera diría que no merecemos la salvación; y realmente no se equivocaría, por que no la merecemos, pero Jesús dijo; vengan a mi.
Lleven mi yugo, ¿Cuanto estaremos dispuestos a dar por el Señor? cuanto sufrir o cuanto soportar; ¡pero Jesús dijo que era fácil y ligera su carga! Solamente debemos confiar en El, pues, ya pagó por nosotros, ya cargó la cruz para hacértela liviana, y ya soportó el horror para hacértelo ligero.
Nadie es más manso que el, nadie más humilde, si te llegas a El, tal ves tú también te puedas contagiar.
Cuantas gracias le damos a Dios por este versículo de la Biblia, cuanto descanso hallamos al leerlo, y cuan lejos estamos de alcanzarlo. Lo que el Señor expresa en su palabra es exactamente lo contrario de nosotros los humanos, seamos quien seamos.
Solo Jesús pudo decir, aprendan de mi que soy manso y humilde de corazón, en el antiguo testamento se hace mención de que Moisés era el hombre más manso sobre la tierra de ese entonces; así que podemos imaginar cómo serían los demás, porque Moisés tenía su carácter.
Pero Jesús es único, nadie más manso que El, nadie más humilde, en quien nosotros podemos entregar con absoluta confianza todo nuestro ser, podríamos hacer una larga lista de nuestro carácter, somos rebeldes, mal humorados, temperamentales, irascibles, resentidos, etc.
Pero Jesús no nos hecha afuera si no, por el contrario nos dice; vengan a mi, El tiene suficiente aguante para soportarnos, soportó la cruz, los insultos, las burlas, desprecios, los esputos, latigazos, soportó los clavos, los tuyos y los míos. Y todo lo hizo por amor.
¡Que lejos estamos nosotros que la mínima molestia nos hace perder la calma! practicamente cualquiera diría que no merecemos la salvación; y realmente no se equivocaría, por que no la merecemos, pero Jesús dijo; vengan a mi.
Lleven mi yugo, ¿Cuanto estaremos dispuestos a dar por el Señor? cuanto sufrir o cuanto soportar; ¡pero Jesús dijo que era fácil y ligera su carga! Solamente debemos confiar en El, pues, ya pagó por nosotros, ya cargó la cruz para hacértela liviana, y ya soportó el horror para hacértelo ligero.
Nadie es más manso que el, nadie más humilde, si te llegas a El, tal ves tú también te puedas contagiar.
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