Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra. Sangre y fuego y vapor de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto; Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Hechos 2:19 al 21
Si lo que está pasando en el planeta hoy son principios de dolores, y es todo una preparación para; lo que la Biblia llama "El día del Señor" lo que pudiera ocurrir en ese entonces es realmente sorprendente.
La Biblia dice que ese día será grande y manifiesto, seguramente que no habrá un solo lugar en el planeta donde sentirse seguro, pero también dice que todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo.
No deberíamos esperar ese día para invocar el nombre de Cristo, cada día deberíamos estar preparados y hacer del nombre de Dios nuestro modo de vida, no pronunciar el nombre de Dios cómo una especie de ritual, ni llevarlo cómo un amuleto colgando del llavero o de cualquier otro lugar, si no más bien que el nombre de Dios tenga que ver con nuestro carácter, amor al prójimo, en el trato con nuestros semejantes y cuidado de nosotros y nuestra naturaleza.
Que Dios te bendiga y si nunca has pronunciado el nombre de Jesucristo para salvarte; haslo ahora mismo, habla con el, y recíbelo cómo tu salvador.
Si lo que está pasando en el planeta hoy son principios de dolores, y es todo una preparación para; lo que la Biblia llama "El día del Señor" lo que pudiera ocurrir en ese entonces es realmente sorprendente.
La Biblia dice que ese día será grande y manifiesto, seguramente que no habrá un solo lugar en el planeta donde sentirse seguro, pero también dice que todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo.
No deberíamos esperar ese día para invocar el nombre de Cristo, cada día deberíamos estar preparados y hacer del nombre de Dios nuestro modo de vida, no pronunciar el nombre de Dios cómo una especie de ritual, ni llevarlo cómo un amuleto colgando del llavero o de cualquier otro lugar, si no más bien que el nombre de Dios tenga que ver con nuestro carácter, amor al prójimo, en el trato con nuestros semejantes y cuidado de nosotros y nuestra naturaleza.
Que Dios te bendiga y si nunca has pronunciado el nombre de Jesucristo para salvarte; haslo ahora mismo, habla con el, y recíbelo cómo tu salvador.
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