
Salmos 104: 24¡Cuan innumerables son tus obras, oh Dios! Hiciste todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de tus beneficios.
Solo es una cuestión de decisión, es decirse a sí mismo, si vivo esta vida; la vivo para Dios, eso no significa que nos vistamos de santos, mucho menos que nos encerremos en un convento o monasterio. Nada de eso, más bien significa vivir la vida de la manera más normal y natural posible.
Trabajar, estudiar, practicar deportes, formar una familia, hacer negocios etc. Vivir la vida cómo Dios la hizo. Acaso ¿No creó los campos para que los sembremos? ¿No hizo la balanza para que seamos justos? ¿No nos dio capacidades para que construyamos ciudades, pueblos y vivamos en sociedad?
A todas las cosas quitemos lo malo; ejemplo: la avaricia, la usura, la explotación, odios y rencores. Podemos hacer una lista muy larga; pero a veces cometemos el error de creer que vivir la vida normalmente es malo y nos vamos de un extremo al otro; decimos:"dejo el mundo" y ya nos parece que ver una película es malo, o ver a tu equipo favorito es idolatría, que trabajar es afán, estudiar o estar en los negocios, es la vanidad de este mundo; y sin embargo la vanidad puede aún estar dentro de la misma iglesia.
Vivir esta vida sin Dios no tiene sentido, y vivirla con El y para El, significa todo lo verdadero. Significa que: trabajo, estudio, hago mis negocios, me divierto, educo a mis hijos y todo lo que hago; lo hago para que este mundo sea un poco mejor y las personas puedan ver que es posible creer en Dios, y es posible vivir para El.
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