Dios con nosotros.


He aquí, una virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Mateo 1.23

Dios con nosotros, y en medio nuestro, comiendo, cómo dice la bendita revelación, con los pecadores. Si la intención de Dios fuera condenarnos; que necesidad tendría de venir a este mundo en la persona de Jesucristo, y de padecer y morir en la cruz, cómo lo hizo por nosotros.

Hubiera sido tan sencillo, cualquiera puede condenar, el diablo lo hace y nosotros también lo hacemos con frecuencia; pero para justificar al ser humano el cielo tubo que descender a la tierra. Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo se hicieron presente, Jesús dijo: Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por el.

Imaginar una humanidad entera en el infierno es más fácil que creer que millones pueden ser salvos. En la debilidad del ser humano está Jesús para ayudarle, en el pecado y en nuestros más bajos instintos lo tenemos a El. No debemos escondernos cuando pecamos, o nos agobian los malos pensamientos, esos son los momentos en que más cerca debemos estar de Jesús.

La religión muchas veces nos aleja tomando los ejemplos que Dios puso para resaltar su Santidad, y darnos a conocer que El es Santo. Esto es así por que Dios debe dejar bien claro que el no tolera el pecado; pero al mismo tiempo vino a socorrernos en la persona de su Hijo, y nos llama a acercarnos confiadamente al trono de la gracia.

No es posible una cosa sin la otra, no es posible su Santidad sin su gracia; porque su gracia es parte de su santidad. Muchos humanos creen que esto no es así, se sienten santos despreciando a otros, y permanentemente generan esa situación de: "Yo soy más santo que tu" Ignorando que la santidad de Dios se hace más real a través de su gracia perdonadora y contemplativa.

Uno de los vestidos más usado por satanás es el de santo, él se disfraza y condena, cree que al mundo lo tiene en sus manos y se pone en la vereda de enfrente para decirles que están todos muertos y condenados.

Pero Jesús dijo y te vuelve a decir hoy: El que esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra. Mujer: ¿Ninguno te condenó?, yo tampoco te condeno, vete y no peques más.








Comentarios