La acción de pedir.


Hasta ahora nada han pedido en mi nombre; pidan, y recibirán, para que el gozo de ustedes sea cumplido. Juan 16: 24

¿Es malo pedir a Dios? Algunos grupos cristianos enseñan que no se debe pedir tanto para uno mismo o su familia, sino más bien para el prójimo; ¿Pero somos sinceros en eso? Si tienes un pedazo de pan para comer, es lo único para darle el desayuno a tu hijo, y llaman a tu puerta, un niño con aspecto de cierta indigencia te pide pan, porque dice; no haber comido nada. ¿Cual es tu respuesta espontánea?

No esta mal pedir para los tuyos, porque Dios te ha puesto cómo guardián de tu familia, de tus hijos y seres queridos, muchos niños y adolescente están tirados en la calle porque sus progenitores no han cumplido con su rol.

¿Porque tienes que sentirte avergonzado tú, por ser un guardián y velar por tu familia? En la acción de pedir a Dios experimentamos el contacto o la comunicación que hay entre la existencia física y la espiritual, pedimos; Dios nos responde, y eso es la prueba fehaciente de que estuvimos comunicados.

Dios promete nuestro cuidado y provisión, y eso lo realiza día a día, desde y hasta que se pone el sol, es más, dice que hace salir su sol sobre buenos y malos, pero en la acción de comunicarnos hace que esa relación sea rica en hermosas experiencias diarias, en un trato que Dios tiene con nosotros en forma personal y continua. No debemos pedir solo cuando pasamos por alguna desgracia o situación límite, deberíamos hacerlo día a día, y mantener así un cotidiano trato con Dios, no solo en pedir cosas sino por sobre todo que nos ayude a ser mejores personas.



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