El cambio


Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. Hebreos 10: 15 al 17
El asunto es querer a Dios para nosotros, valorar sus enseñanzas y su disciplina, Jesús ya hizo su obra redentora en la cruz y dice que ya no existe más ofrenda por el pecado, no hay nada que nosotros podamos hacer; solo creer. Cuando él asumió nuestra necesidad de salvación, lo hizo abarcándolo todo desde el día en que nacimos hasta el día en que morimos, al pagar el precio por nuestros pecados también; pagó por los pecados pasados, presentes y futuros. "Ya no hay más ofrenda por el pecado" La palabra nos habla de un cambio que se produce dentro de nosotros mismos, "Pondré mis leyes en sus corazones y en sus mentes las escribiré" Generalmente siempre queremos cambiar a los demás, somos tan superficiales que con nuestra apariencia de piedad por si sola no basta, el cambio comienza en nosotros y siempre vamos a estar cambiando por que la obra redentora de Cristo seguirá obrando en nosotros hasta el día de nuestra muerte. Preocupemonos por ese cambio, no tanto por el hacer cosas, no hagamos un ritual de nuestra vida cristiana, hago esto, hago aquello para que Dios me conceda esto otro. No es así, desde el día en que nosotros aceptamos a Jesucristo cómo nuestro salvador, él tomó todos nuestros pecados y los hecho a lo profundo de la mar, para no recordarlo nunca más.¿ Y si peco mañana que? dicen algunos. Cuando dice que hecho tus pecados en el mar, lo dice incluyendo hasta el último vestigio de mal que hay en tu vida y hasta la última centésima de tiempo y vida en que estés sobre la tierra. No hagamos de la religión un ritual, muchos enseñan así para sacar provecho, por que si le dicen a la gente que todo esta bien, entonces cada uno se va a su casa, en cambio si lo tienen allí, siempre cómo el burro con la zanahoria, que le habían atado la zanahoria en un palo y el burro nunca la podía alcanzar, el burro caminaba y la gente también. Así son muchas religiones, las personas van detrás de un dios que ellos mismos le han fabricado y nunca alcanzan la paz que sus almas necesitan. Mientras tanto todo se transforma en aquella cueva de ladrones que Jesús reprendió, enojándose y volcando la mesa de los cambistas y personas que habían hecho de la casa de Dios un comercio. Tu no seas así, vive la vida que Dios te da, ten completa paz contigo mismo y con los demás, sé el cambio, no trates de cambiar a los demás, ten paz con Dios, él ya pagó un alto precio por tu vida, y por nada la va a abandonar.



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