
Regocigense de que sus nombres están escritos en los cielos. Lucas 10:20
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1
Una cosa es tener la certeza de que nuestros nombres están escritos en el libro de la vida, estar totalmente convencido de que esto es así. Creer en la bondad de Dios, cómo nuestro Padre celestial, y estar seguro sin la menor duda de que vamos a estar con El.
Otra cosa es ser religioso, hacer las cosas por las dudas, porque me han inculcado una cosa y la cumplo, ya sea por tener algún cargo de cierto prestigio dentro de alguna congregación, o para cubrirme, no sea que sea verdad y yo me pierda el cielo.
Son dos cosas completamente distintas; una es depositar toda la confianza en Dios nuestro salvador y creer de todo corazón que más allá de todas las cosas y aún de mi mismo, Dios me adopto cómo hijo y nunca me va a dejar.
La otra es hacer caso de los dichos de los hombres, sean quienes sean, y manejarme en esta vida lleno de dudas, un día porque me porté bien toco el cielo y al otro día me va mal y me quemo en el infierno.
Las cosas de Dios no son así; o crees o crees, si crees que Jesús te salvo y te compró con su sangre, mañana no puedes pensar que él te va a arrojar al infierno. En el texto del encabezamiento dice: "Regocijensé de que sus nombres están escrito en los cielos", no dice; estarán.
Si crees lo debes hacer de todo corazón y con absoluta confianza, "la fe es la certeza de lo que se espera" no hay dudas, Jesús dijo: Cuando yo venga ¿Hallaré fe en la tierra? y esto no lo dijo porque no iría de haber muchas iglesias y muchas religiones, es más cada día abundan más, el problema es si habría de haber fe, certeza, o convicción. ¿Y tú, cómo estas?
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