Cuando Dios se dió a conocer.


A Dios nadie le vio jamás, el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. Juan 1:18

Dio Juan, (El bautista) testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo cómo paloma, y permaneció sobre él.

Y yo no le conocía; pero él que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es él que bautiza con el Espíritu Santo.

Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios
. Juan 1: 32 al 34

Arriba se menciona el hecho de que a Dios nadie le vio jamás, y que Jesús, el unigénito Hijo, le ha dado a conocer, Y en este acontecimiento vemos una de sus tantas tarjetas de presentación; Jesús frente a Juan que estaba bautizando en el río Jordán, no uno de los ríos más limpios pecisamente, y vemos a un Jesús humilde, dispuesto a que Juan lo bautice, cuando en realidad debería ser él quien bautice a Juan.

Vemos también que el Espíritu Santo desciende sobre él en forma de paloma, que ternura la de nuestro Dios, un hombre humilde y una paloma salvarían al mundo, que símbolo de paz para la raza humana, que reconciliación, única y perfecta para que el hombre arregle sus cuentas con Dios.

¿Que hace el hombre en nombre de la religión? Algunos matan, otros condenan, otros ponen exigencias, otros reclaman reconocimientos, otros se presentan cómo dioses aunque no lo confiesen.

¿Serías capaz de presentarte ante tu prójimo, como un hombre humilde, despojado de toda clase de credenciales, parado frente a un río turbio y dispuesto a sumergirte en él, con una paloma sobre tu cabeza, cómo símbolo de mansedumbre, amor y paz?




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