Fe y esperanza.


De Cristo se desligaron, los que por la ley se justifican; de la gracia han caído.

Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia
. Gálatas 5: 4,5

Así que nosotros, los humanos, incapaces de poseer justicia en nosotros mismos, es en vano que nos esforcemos en obedecer la ley de Dios y de cumplir con sus estatutos, pues, la justicia es una esperanza.
Una esperanza en Cristo, somos salvos no tanto por cumplir la ley de Dios, sino más bien por poseer esa esperanza.

Aunque estemos salpicados por el pecado, aunque estemos sucios y en arápos en cuanto a la justicia, somos salvados porque esperamos en esa justicia de Cristo que nos venga a rescatar.


Las religiones imponen una ley, porque es la manera más sutil de tener a las personas bajo un yugo, de lo contrario deberían decirles: "Ustedes son libres en Cristo por haber creído" "Vayanse libres" Cómo Felipe en Hechos cap. 8 versículos 26 al 40, cuando se encuentra con un etíope y le da el mensaje del evangelio de la libertad en Cristo, este creyó allí nomas, se bautizó y Felipe no le vio más.

Si esa situación fuese hoy, hubieran tratado de contactarlo de mil maneras, lo habrían visitado y obligado a asistir a una determinada organisación religiosa, jamás lo dejarían decidir libremente, le impondrían cientos de conceptos y condiciones para obligarlo a estar en determinado lugar y realizar determinadas tareas.

Jesús no hizo de esta manera con ningunos de sus seguidores, todos le seguían y le servían por amor, formo a sus doce discípulos para que fuesen las columnas de la Iglesia en la tierra, pero una Iglesia que esparciera por todos los rincones el mensaje de la libertad en Cristo Jesús.

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