Lengua de sabios


El Señor, me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga cómo los sabios.
El Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás.

Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.

Porque el Señor, me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro cómo un pedernal, y sé que no seré avergonzado.
Isaías 50: 4 al 7

Dios quiera que podamos seguir el ejemplo de Jesús, a quien el Padre le había dado lengua de sabios para poder hablar palabras al cansado, y oídos de sabios. Dios quiera que de nuestra boca no salgan palabras para herir, ni seamos nosotros los que mesemos las barbas, ni los de los esputos. Su ejemplo nos debe conmover al punto de tener siempre una palabra de amor, aún frente al más perdido pecador.

Comentarios