¿Quien pecó?

Le preguntaron sus discípulos diciendo: Rabí ¿Quien pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego?

Respondió Jesús: No es que pecó, este o sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Juan 9: 2 y 3.

¿Porque se da luz al trabajado, y vida a los de ánimo amargado? Job: 3:20

¿Cuantas preguntas que tenemos los humanos? Algunas veces son los religiosos quienes poseen una respuesta espontánea para cada situación, cómo verdugos dueños de la verdad.Quizá en el caso del ciego, cómo los discípulos, quienes rodeados de una cultura religiosa, atribuyeron la ceguera de aquel hombre a algún pecado, cómo suele pasar hoy día, cuando vemos que alguien sufre un mal, lo primero que sale es aquella vieja pregunta. ¿Que habrá hecho?

La respuesta del divino Pastor fue: No, no es que pecó, sino para que las obras del Padre se hagan manifiestas. Cuando leemos el milagro que vino después, enseguida pensamos que este versículo de la Biblia es para las campañas evangelísticas, donde se producen algunos milagros y quedan millones de personas en la oscuridad de sus pensamientos y esclavos de sus vacilaciones.

¿Cual sería la verdad al respecto entonces? Creo que todas las personas tienen la oportunidad de ser felices, hay milagros que no se producen al instante, pero se producen a lo largo de la vida, lo importante es no creer que estamos condenados a la desgracia aunque hayamos tenido una vida salpicada por el dolor o la adversidad.

Yo de mi parte puedo decir que he tenido una infancia triste, con muchos problemas en el hogar, alcoholismo, violencia, maltrato, sin embargo fui feliz. Me casé con una mujer que nació producto de una violación a una madre discapacitada, prácticamente huérfana y sin saber si algún día podría formar una familia, si sus hijos nacerían sanitos y miles de interrogantes mas; sin embargo formamos una familia feliz, con 6 hermosos hijos inteligentes y sanos.

El milagro es la vida y las ganas de vivir y ser feliz, no tenerle miedo a las adversidades. La obra de Dios es esta, además de aquella, de aquel ciego que abrió sus ojos a la luz cuando Jesús lo tocó, el milagro y las obras de Dios es una vida que encuentra la paz y la gratitud en medio de las adversidades y el dolor; pero sabe afrontarlos, vencerlos y puede dar ánimos a otros que no han encontrado aún su respuesta.