
Así ha dicho el Señor: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.
Más alábese en esto el que se hubiere de alabar: En entenderme y conocerme, que yo soy Dios, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice el Señor.
Iaías 9:23 y 24
"Señor; si eres tú, manda que yo vaya a ti caminando sobre las aguas" le dijo Pedro a Jesús, en medio de una tempestad en el mar, en la que Jesús venía acercándose a la barca de los discípulos caminando sobre las aguas, Jesús le dijo: "Ven" Y Pedro caminó, pero cuando vio el fuerte viento tubo miedo y se empezó a hundir. Jesús le dijo: "Porque dudaste, hombre de poca fe" pero no lo dejo allí sucumbiendo en el agua, sino que tomándolo del brazo lo sacó.
Conocer a Dios significa la experiencia más extraordinario que puede tener una persona, es vivirlo a diario, experimentarlo, pasar por distintas situaciones en la vida que te hacen conocerlo más y más. No es un conocimiento, solo teológico, cómo si el fuese un objeto de nuestro estudio; sino por el contrario, es vida, es vivir.
No es una religión, donde ya están todos los conceptos y tradiciones elaboradas por hombres que te dicen y reafirman que cumpliendo con esas costumbres obedeces a Dios, sin que vos mismo alcances a tener una experiencia personal con el Señor.
Conocer a Dios es caminar sobre las aguas de este mundo, dice que el mundo es cómo el mar embravecido que no se puede aquietar, es caminar hacia Jesús, es saber que si caes él no te va a dejar, es saber que al final de esa carrera estarás en los brazos de él, es conocerle día a día.
INTENTALO.
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