El mejor refugio


Fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor.

Isaías 25:4

Necesitamos ese refugio en Dios, no solo por las cosas que pasamos en este mundo, sino también por el ímpetu que brota de nosotros mismos, pues aunque no queramos saber nada con este mundo de conflictos en el que nos movemos, sin embargo llevamos su marca en nosotros.

Nuestro único refugio es Dios, él pertenece a otra esfera de la vida, un lugar desconocido para el hombre común, pero bien conocido por aquellos que le aman.

Comentarios