
Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas y pan.
Jesús les dijo: Traigan de los peces que acaban de pescar. Juan 219 y 10
Jesús después de la resurrección fue al encuentro de sus discípulos, y los halló en el mar pescando, pero sin haber podido pescar nada durante toda la noche, entonces el les dijo cómo debían tirar la red y así lo hicieron, ellos no sabían que era Jesús, al llenar la red de peces, se dieron cuenta que era él.
Al descender a tierra de la barca, Jesús estaba allí, esperándolos con unas brasas ardiendo y un pez para que comieran sin olvidar el pan. Que tierna imagen, Dios allí en la forma de un hombre, Jesús, cocinándoles un pez a las brasas, para que comieran sus discípulos, demostrándoles a los hombres la perfecta imagen de cómo debieran ser los humanos.
La perfecta imagen del amor y la sencillez, la manera de tratarnos y esperarnos unos a otros, él siendo Dios siquiera les dijo de quien se trataba, ellos lo pudieron percibir por la dulzura y el amor que irradiaba.
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