
Enseñarme, oh Dios tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre.
Salmo 86:11
Si no temiera su nombre no estaría aquí sentado escudriñando su palabra y cotejando mi corazón, tan desleal y pecador.
Si no fuera sincero conmigo mismo, tampoco podría ser lo con los demás, me engañaría a mi mismo; pero a Dios jamás.
Nadie podrá aprovecharse de mi afectando humildad (fingir, pretendiendo poseer actitudes o posiciones) y culto a los ángeles (pastores) Colosences 2:18. Para que yo sea esclavo de alguna religión.
Mi maestro es Jesús y a él debo todo. El me enseña, me perdona, me guía, me corrige, y ante él no tengo secretos.
Comentarios
Publicar un comentario