
Vengan a mi todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar.
Lleven mi yugo sobre ustedes,y aprendan de mi, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas.
Mateo 11.28 y 29
Muchas veces nos sentimos muy cansados, y lo peor es que después de un largo reposo seguimos igualmente cansados, es como si en nuestra alma hubiera una inquietud, o una especie de ansiedad que no logramos controlar.
La búsqueda de Dios nos acercan a ese descanso que anhelamos, que no se encuentra en una cama, ni en pensar vanidades para descontracturar, solo lo encontramos en Dios quien es la fuente de todo descanso y de toda paz, en ocasiones debemos encontrar el clic que nos haga quebrar delante de él, si es posible llorar, sentir su presencia hasta poder depositar todas nuestras energías y fe en confiar absolutamente en su poder.
Si no logramos eso, pues sigamos confiando; que en la paz, él nos dará la paz que tanto necesitamos.
Comentarios
Publicar un comentario