El llamado


He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y el conmigo.

Apocalipsis 3:20

Nada más cercano que alguien que golpee a tu puerta para llamar, es lo último, después de haber franqueado todos los obstáculos e impedimentos, después de haber superado todas las contradicciones religiosas, diferencias denominacionales, jerarquías eclesiásticas etc.etc.

Alguien que llame a tu puerta en la intimidad y la soledad, alguien despojado de todo vestigio de religiosidad y te invite a cenar, te invite a compartir el momento más sagrado e intimo del ser humano junto a su Dios.

Alguien en quien confiar, quizá en la última instancia de tu vida, en el último eslabón, cuando ya todo lo demás esta perdido y todo lo demás esta agotado, alguien que te llama, que te invita y comparte contigo el momento más transcendental de la vida humana; el encuentro del hombre o la mujer con su creador y salvador, Jesucristo.

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