El siervo


He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. Isaías 42:1

He aquí, el siervo de Dios, ¿Quien es? Mira su rostro ensangrentado, sus manos traspasadas, sus pies clavados a un rústico madero, mira su corona de espinas, tiene en sus espaldas las profundas grietas del látigo maldito, es manso y humilde y su mensaje nos llama todos los días a la reconciliación.

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