Reconciliación


Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; les rogamos en nombre de Cristo, reconciliense con Dios.

2 Corintios 5: 20

Toda reconciliación es buena, produce una linda sensación de paz, ya sea en el hogar, la familia, las amistades o en el trabajo; pero lo más maravilloso se produce cuando nos reconciliamos con Dios, por más ateos que seamos, que a lo mejor ni siquiera lo somos por nosotros mismos, sino porque, tal vez, nos hemos dejado influensiar por alguien, que ni siquiera hemos podido profundizar la verdadera razón por la que somos o nos consideramos ateos, pero para Dios siempre hay un eterno presente, un permanente hoy en donde nos llama, y que decir, nos ruega; a la reconciliación.

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