
Por lo cual este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mi por pueblo; y ninguno enseñará a su hermano, diciendo: Conoce al Señor porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
Hebreos 8. 10 al 12
Tal vez un corazón nuevo no nos alcance para salvar al mundo, sino que apenas nos alcance para salvarnos a nosotros mismos; pero es importante acercarnos a Dios con un cambio que al menos nos haga sentir que necesitamos de su socorro, que necesitamos que él sea propicio a nuestras injusticias y pecados.
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