El poder de la meditación


Dulce será mi meditación en El. Salmos 104:34

¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Salmos 119:97

Ultima mente existe una tendencia que viene de oriente y va en aumento sobre el tema de la meditación, muchos famosos están en esas practicas, y hasta algunos han escrito libros con temas referidos a sus comprobadas ventajas.

Sin embargo la meditación es una practica milenaria que la Biblia recomienda desde hace miles de años, cuando el pueblo de Israel iba a cruzar el río Jordán para pasar a la tierra prometida, Dios le encargó a su siervo Josué que nunca dejara de meditar en su ley.

Y en los Salmos hay varias referencias del siervo de Dios meditando dulcemente en su creador, como también en su palabra, tan pura, tan viva y llena de hermosas sorpresas para el alma que ama a Dios.

La meditación tiene un poder especial que eleva al ser humano por encima de las cosas materiales y de las preocupaciones que vienen día a día a golpear la puerta del creyente para atraparlo en sus obligaciones muchas veces no tan felices.

Meditar en Dios no significa tomar las cosas con irresponsabilidad, muy por el contrario, pero es una grata manera de detenernos ante la corriente de este mundo y poner nuestro corazón en sintonía con Dios.

Su poder consiste en una fortaleza especial que brota de lo interior, en el libro de los Hechos cap. 4 verso.13, hace referencia a una circunstancia en que los gobernantes, ancianos y sacerdotes; contrarios a Jesús, viendo el denuedo de los apóstoles al defender su causa, les reconocían que habían estado con Jesús.

Cuando meditamos en la palabra de Dios, en su obra, creación, majestuosidad, lo que hacemos es tener comunión con él, en cierto modo es una manera de estar con él, y así nuestro corazón se
hace dócil para con Dios y a la ves fuerte. Nos fortalecemos de adentro hacia fuera por que la vida del ser humano consiste primero en lo espiritual y luego en lo físico o material.

Hay personas que se aprovechan de que la mayoría de la gente desconoce el mundo espiritual y buscan sacar ventaja vendiéndoles libros y soluciones milagrosas, generalmente pasa esto cuando estamos vulnerables por algún dolor o situación adversa.


Pero en todas las cosas siempre hay un grado de verdad, como por ejemplo que existe un mundo espiritual, y en el cual no somos entendidos y por ende fáciles de engañar, sin embargo si podemos confiar en aquel que entregó todo a cambio de nada, Jesucristo, al morir en la cruz para salvar aún al más perdido pecador.
Sea él, la grata razón de nuestra meditación.




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