Y uno de sus discípulos, el cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. Juan 13:23 Cómo el Padre me ha amado, así también yo les he amado; permanezcan en mi amor. Juan 15:9
Estar con Jesús es la experiencia más agradable que se puede experimentar. En un momento alguien me interpeló preguntándome que me había dicho Dios; cuando le dije que había tenido una hermosa experiencia personal con El, "Estuve con El" le dije, esta persona me preguntó: ¿"Y que te dijo Dios"?
En el momento no supe responderle porque no era la ocasión, ni el modo de conversar un tema tan delicado, y nunca me preocupé en dar una respuesta de aquellas cosas que yo había vivido y para mi fueron tan reales y tan transcendentales. Aunque en el fondo me dolió que este ser querido y creyente cómo yo; pusiera en duda algo que para mi significaba tanto.
"Lo importante no es lo que vos le digas a Dios, sino lo que El te diga a vos" Fueron sus palabras.
Pasó el tiempo y no le dí importancia al hecho, pensando en tantas cosas que me había dicho Dios a través de su palabra, y cuantos momentos había pasado con El, meditando y sintiendo su amor.
Pero un día en su presencia, comprendí que muchos creyentes viven así, preguntándose todo el tiempo: "Qué, Dios le dijo" Y no viven el momento de estar en su presencia sintiéndolo a El, dejándose consolar y amar, derramando su corazón y lágrimas ante El, sin pedirle nada, sin decirle nada, sin estar expectante, haber si aparece una vos y así puedo ir y decirles a todos Dios me habló.
Mi experiencia fue hermosa, cómo la de Juan, el discípulo amado recostado en el costado de Jesús, sin decir nada, sin esperar nada, sólo sintiéndolo, solo dejándote amar por El.
¿Acaso nunca has estado con un ser que amas y disfrutas solamente el momento de estar con él o ella? ¿Nunca experimentas el silencio? En silencio también se ama, en silencio se dicen cosas que muchas veces poseen más significado que las palabras, y muchas veces con tantas palabras no se dice absolutamente nada.
Estar con Jesús es la experiencia más agradable que se puede experimentar. En un momento alguien me interpeló preguntándome que me había dicho Dios; cuando le dije que había tenido una hermosa experiencia personal con El, "Estuve con El" le dije, esta persona me preguntó: ¿"Y que te dijo Dios"?
En el momento no supe responderle porque no era la ocasión, ni el modo de conversar un tema tan delicado, y nunca me preocupé en dar una respuesta de aquellas cosas que yo había vivido y para mi fueron tan reales y tan transcendentales. Aunque en el fondo me dolió que este ser querido y creyente cómo yo; pusiera en duda algo que para mi significaba tanto.
"Lo importante no es lo que vos le digas a Dios, sino lo que El te diga a vos" Fueron sus palabras.
Pasó el tiempo y no le dí importancia al hecho, pensando en tantas cosas que me había dicho Dios a través de su palabra, y cuantos momentos había pasado con El, meditando y sintiendo su amor.
Pero un día en su presencia, comprendí que muchos creyentes viven así, preguntándose todo el tiempo: "Qué, Dios le dijo" Y no viven el momento de estar en su presencia sintiéndolo a El, dejándose consolar y amar, derramando su corazón y lágrimas ante El, sin pedirle nada, sin decirle nada, sin estar expectante, haber si aparece una vos y así puedo ir y decirles a todos Dios me habló.
Mi experiencia fue hermosa, cómo la de Juan, el discípulo amado recostado en el costado de Jesús, sin decir nada, sin esperar nada, sólo sintiéndolo, solo dejándote amar por El.
¿Acaso nunca has estado con un ser que amas y disfrutas solamente el momento de estar con él o ella? ¿Nunca experimentas el silencio? En silencio también se ama, en silencio se dicen cosas que muchas veces poseen más significado que las palabras, y muchas veces con tantas palabras no se dice absolutamente nada.
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