
Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubríanla barca; pero él dormía.
Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor sálvanos que perecemos!
El les dijo. ¿Porque temen, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
Y los hombres se maravillaron diciendo: ¿Que hombre es éste, que aún el viento y el mar le obedecen?
Mateo: 8.23 al 27
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