Las pisadas de Jesús


Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejandonos ejemplo, para que sigamos sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia, por cuya herida fuimos nosotros sanados.

1 Pedro 2: 23 y 24

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