Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando, Juan 15:14
Ya no les llamaré siervos; pero les he llamado amigos, Juan 15:15
El mayor privilegio que puede tener una persona; es que Dios le llame amigo, algunos se afanan demasiado por ocupar algún cargo importante, por tener un puesto de relevancia dentro del pueblo de Dios, que los haga sentir mejores que otros; pero en la intimidad saben que lo que han logrado es solo una cáscara si no han llegado al corazón de Dios.
Los mandamientos del Señor tienen que ver con el amor, con la fe y la sencillez de una vida que ama a Dios y está dispuesta a hacer lo que El le manda, solo por amor.
Sabe que en su intimidad tiene un lugarcito apartado, intimo, reservado solo para Jesús, donde puede cerrar la puerta y estar a solas con El.
Un lugar donde no hay mentiras ni hipocresía, quizá no se trate de un lugar físico, como un cuarto o una habitación, si no que esa intimidad está en lo secreto del corazón.
Nadie mejor que un amigo con quién podamos ser francos y verdaderos, por eso Dios nos llama a la reconciliación, tal ves tu nunca hayas oído hablar de El o quizá hace muchos años que vas a una iglesia pero nunca te has hecho su amigo.
Solo le conoces como un ser que manda, a quien solo hay que obedecer porque castiga, o le conoces como a alguien a quien hay que exigir, y le dices soy tu siervo me tienes que ayudar porque te sirvo; pero no le conoces como tu amigo, a quien nada reclamas si no que amas y quien todo perdona y todo comprende porque te ama.
Si nunca le conociste, aprende hoy a conocerle, es tan sencillo como la amistad, es tan fácil que solo debes creer, esta tan cerca tuyo que solo le tienes que amar.
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